La pandemia y las medidas implementadas para mitigar sus efectos sanitarios influyeron de manera determinante sobre la evolución de la actividad y del empleo. En ambas dimensiones, el desempeño a nivel sectorial ha sido heterogéneo y todavía incierto. En este post se intentan señalar algunas diferencias y similitudes entre los diferentes segmentos productivos, contrastándose lo ocurrido en la actividad con la evolución de las distintas categorías de ocupación1.
Desde la entrada en vigencia del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en marzo de 2020, la evolución de la situación epidemiológica y las características y el nivel de acatamiento de las medidas de contención adoptadas por el Gobierno Nacional generaron cambios en los patrones de comportamiento de las personas y del aparato productivo. Mediante indicadores epidemiológicos y de movilidad se pueden representar temporalmente ambos fenómenos, observándose una trayectoria disímil entre los mismos (ver Gráfico 1).
Gráfico 1. Situación epidemiológica. (a) Casos de COVID-19 y fallecidos diarios c/100 mil habitantes (media móvil centrada 14 días), (b) Movilidad hacia lugares de trabajo y estaciones de tránsito (media móvil centrada 14 días)

Tanto la actividad económica como el empleo se vieron influidos por ambos efectos. Las enérgicas medidas adoptadas por el Gobierno Nacional de manera temprana para aplanar la curva de contagios permitieron la puesta a punto del sistema sanitario y la fuerte baja en la movilidad de la población repercutió en los resultados económicos del segundo trimestre. Durante el tercer trimestre, la evolución sanitaria permitió la relajación del ASPO (a distintas velocidades y niveles regionales) y ello se reflejó inmediatamente en mayores niveles de movilidad que redundaron en una reactivación económica. A nivel agregado el PIB cayó un 17% s.e. en el segundo trimestre respecto al primero, para recuperarse un 12,6% trimestral s.e. durante el tercero. En el mismo sentido el empleo total sufrió una caída del 16,9% en el segundo trimestre y un rebote del 8,6% en el tercero.
Cuestiones como las características de las restricciones (sectores esenciales y no esenciales), los riesgos de alta proximidad asociados a las particularidades de distintas actividades y a las diferentes necesidades de traslado en transporte público, fueron algunas de las razones del desempeño económico sectorial dispar. Dentro de los sectores que a noviembre operaron a niveles superiores o cercanos a los de prepandemia se pueden observar distintas evoluciones. Por un lado, sectores considerados esenciales como Agro, Electricidad, Gas y Agua (EGA) e Intermediación financiera, no sufrieron grandes caídas, y retornaron rápidamente a sus niveles previos. Por otro lado, sectores como Industria, Comercio, Salud, Actividades Inmobiliarias y Empresariales y Construcción registraron contracciones muy pronunciadas en el segundo trimestre y con la paulatina flexibilización de restricciones y el impulso de las políticas expansivas del Gobierno Nacional y el Banco Central lograron retornar a sus niveles prepandemia. Entre los sectores que aún se encuentran lejos de alcanzar la situación en la que se encontraban en febrero de 2020 (contracciones acumuladas mayores a 5%) también se observan algunas diferencias. Si bien la caída en Enseñanza ha sido leve en comparación con otros sectores, la no presencialidad ha influido en su lenta recuperación. Algo similar ocurrió con transporte, la habilitación para el transporte aéreo y los micros de larga distancia se dilató debido a la prolongación del brote y el riesgo de proximidad que conllevan. Por otro lado, una gran parte del transporte público urbano e interurbano se vio afectada por el fuerte aumento del teletrabajo. La evolución de Minería y Pesca depende de factores idiosincráticos que se encuentran menos vinculados a la pandemia. Por último, Hoteles y Restaurantes es el sector más afectado, que si bien ha crecido en los últimos meses aún se encuentra muy lejos de su nivel prepandemia (-56% de variación acumulada a noviembre).
Gráfico 2. Asalariado Privado Registrado (APR)
En el Gráfico 2 se puede observar la evolución del empleo Asalariado Privado Registrado (APR) utilizando como referencia los tres grupos de sectores mencionados anteriormente. Dentro del grupo de los sectores que se encuentran operando en niveles similares a los de la prepandemia (barras verdes) se puede destacar el desempeño de Salud, EGA, Industria y Actividades Inmobiliarias y Empresariales que, habiendo tocado un piso, ya se habían recuperado incluso antes de noviembre. Por el contrario, Intermediación Financiera, Comercio y Agro, si bien no han tenido grandes pérdidas de empleo formal, en noviembre aún se encontraban muy cerca de sus mínimos. Por otro lado, Construcción, cuya actividad tuvo una fuerte caída en marzo/abril y una rápida recuperación en los últimos meses que la llevó a su nivel de actividad prepandemia, se encuentra aún 13,4% por debajo de su nivel de empleo registrado de febrero. Del grupo de sectores que no se han recuperado completamente (barras naranjas) Enseñanza, Transporte y Otros servicios sociales registraron su nivel más bajo en noviembre, momento en el que empezó a caer la curva de contagios. Por último, Hoteles y Restaurantes (barra roja) el sector más golpeado económicamente fue también el más afectado en términos de empleo registrado junto con Construcción, pero a diferencia de este último hasta noviembre no mostraba signos de reactivación del empleo.
El empleo APR representa sólo una porción del mercado laboral total (aproximadamente un 30%). El empleo No Asalariado (NA), Asalariado No Registrados (ANR) y el empleo público completan el cuadro de situación. El sector público es históricamente la categoría más estable y durante la pandemia no fue la excepción. Lo opuesto sucede con el empleo ANR y el empleo NA. Estas dos categorías ocupacionales fueron las más afectadas durante el segundo trimestre (caídas trimestrales de 33,2% y 31,0% respectivamente) y las que mostraron mayor dinamismo en el tercer trimestre (aumentos trimestrales de 25,5% y 23,0% respectivamente). Utilizando nuevamente el color de las barras como referencia del desempeño económico de cada sector en el tercer trimestre, podemos analizar, utilizando datos publicados en el último informe de CGI del INDEC, lo sucedido para el agregado de ANR y NA.
Gráfico 3. Asalariados No Registrados (ANR) y No Asalariados (NA)
A primera vista surgen algunas diferencias entre el desempeño de los APR y el agregado de ANR y NA. En primer lugar, las magnitudes tanto de las caídas como de los rebotes son mucho más pequeñas entre los trabajadores APR. Una segunda diferencia es que en el caso de los ANR y NA todos los sectores (salvo Pesca) tocaron su mínimo en el segundo trimestre y comenzaron a crecer, mientras que entre los APR, inclusive con datos más actualizados, ocho sectores aún no habían tocado su piso. Otro punto para destacar es que muchos de los sectores que en el tercer trimestre se encontraban operando cerca de los niveles del primer trimestre, aún estaban muy lejos de sus niveles de empleo ANR y AN previos a la pandemia (Industria, Enseñanza, Salud, Comercio y Act. Inmobiliarias y Empresariales). Por último, entre los dos sectores menos dinámicos en términos de actividad, Otros servicios sociales y Hoteles y restaurantes, este último fue el más afectado en términos de empleo ANR y NA ya que, si bien en ambos el empleo cayó aproximadamente un 50% en el segundo trimestre, en Otros servicios sociales tuvo un fuerte rebote en el tercer trimestre.
Por distintos motivos, el impacto sobre las categorías ocupacionales y el ritmo de actividad resultó ser muy heterogéneo. Con el rebote de ambas variables en ciertos sectores se puede concluir que algunos de dichos efectos han sido transitorios. No obstante, algunos patrones de consumo y metodologías de trabajo generados o exacerbados por la pandemia podrían tener efectos más permanentes que lleven a que algunas actividades económicas se vean obligadas a desarrollar nuevas estrategias para adaptarse a esta “nueva normalidad”.
Central de Ideas
1 El siguiente posteo fue extraído de uno de los apartados del Informe de Política Monetaria de febrero de 2021.