En su reunión del 7 de abril, los ministros de economía y presidentes de bancos centrales del G20 pidieron al Fondo Monetario Internacional una asignación general de derechos especiales de giro (DEG) por US$ 650 mil millones, siguiendo lo que había adelantado la directora ejecutiva del organismo, Kristalina Georgieva. El FMI también evaluará opciones para redistribuir DEG de países con posiciones externas sólidas hacia otros más vulnerables ¿Qué son los DEG, para qué los usan los países, cómo se distribuyen, qué impacto tendrá esta asignación para los países en desarrollo? En esta entrada repasamos las respuestas a estas preguntas.
¿Qué son los DEG?
EL DEG es un activo de reserva internacional creado por el FMI en 1969 para complementar las reservas oficiales de sus países miembros. No es una moneda en sentido estricto: si bien todos los países miembros del Fondo tienen parte de sus reservas en DEG (es para ellos reserva de valor) y el FMI contabiliza sus operaciones en ellos (lo usa como unidad de cuenta), los países compran, venden, prestan y se endeudan en otras monedas, y los privados no pueden usar DEG (no es un medio general de cambio). Sí es un derecho potencial sobre un conjunto de monedas, que puede proporcionar liquidez a los miembros del FMI; esto es clave para que los DEG sean activos de reserva.
¿Contra qué monedas se pueden cambiar los DEG? Aquellas que el FMI considera de “libre uso”: las que tienen una utilización amplia en las transacciones internacionales y una alta participación en los volúmenes operados de los mercados de cambio. Este criterio, junto con el de pertenecer a uno de los cinco principales países exportadores mundiales, define la canasta de monedas que se utiliza para determinar el valor de los DEG. Componen esa canasta el Dólar estadounidense, el Euro, el Renminbi chino, el Yen japonés y la Libra Esterlina (Gráfico 1). En la actualidad, el DEG cotiza en torno a US$1,43. La canasta se revisa cada cinco años (su última incorporación fue el Renminbi en 2016).
Gráfico 1. Canasta de monedas que conforman el DEG (peso % de cada moneda definido en la última revisión de 2015)
Mantener los DEG recibidos no tiene costo, pero sí lo tiene utilizarlos: los países cobran cierta tasa de interés por sus tenencias de DEG (en sus cuentas con el FMI), y deben pagar la misma tasa por usar las distribuciones que hayan recibido. Si un país utiliza parte de los DEG que recibe de las distribuciones, tendrá entonces una tenencia menor a la asignación recibida y deberá pagar la tasa de DEG por la diferencia entre ambas posiciones (y viceversa). La tasa de interés se determina semanalmente sobre la base de un promedio ponderado de las tasas de interés representativas de los instrumentos de deuda pública a corto plazo de las monedas de la canasta de DEG, con un piso de 0,05%, que es valor que registra actualmente (Gráfico 2).
Gráfico 2. Tasa de interés de DEG y de sus componentes

¿Cómo y por qué se distribuyen DEG?
Para realizar una distribución general de DEG debe identificarse una necesidad global de complementar las reservas existentes a largo plazo, de manera tal de evitar el estancamiento económico y la deflación, pero que tampoco derive en exceso de demanda e inflación a nivel global.
Las necesidades de reservas se calculan para los países avanzados, de mercados emergentes y en desarrollo que no emiten monedas de reserva. Se calcula la diferencia entre el nivel adecuado de reservas internacionales previsto para 2025 y el nivel de reservas observado en 2020, usando distintos indicadores de adecuación de reservas.
• En el caso de las economías avanzadas que no emiten monedas de reserva se consideran los indicadores tradicionales de reservas sobre importaciones, deuda externa de corto plazo y agregados monetarios en los promedios de 2018-2020.
• En el caso de los países de mercados emergentes y en desarrollo (sin China) se consideran indicadores que contemplan un abanico mayor de posibles necesidades del sector externo (deuda de corto, mediano y largo plazo, incluyendo operaciones de bancos y de portafolio, las acciones, los agregados monetarios y el impacto de cambios en los ingresos por exportaciones).
Del cálculo anterior se obtiene un rango de necesidades globales de reservas: en base a él, hoy el FMI estima conveniente una distribución de US$ 650 mil millones. Formalmente, el Directorio Ejecutivo debe aprobar la medida por mayoría de votos, y luego la Junta de Gobernadores (donde están representados todos los miembros) debe aprobarlo con 85% de los votos. Finalmente, el monto de la asignación general se distribuye de acuerdo a las cuotas de los miembros del FMI; en el mapa (Gráfico 3) mostramos la distribución geográfica de la propuesta actual, que oscila entre 3 millones y 114 mil millones de dólares (entre el país que menos y el que más recibe). Esta podría llevarse a cabo a fines de agosto de este año, si se siguen los mismos tiempos que la última vez que se realizó un proceso similar (2009).
Gráfico 3. Distribución por país de la propuesta actual de asignación de DEG (millones de dólares)
Las distribuciones generales de DEG tienen varias ventajas: benefician a todos los miembros del FMI, proveen liquidez de manera rápida y sin condiciones, y complementan las reservas internacionales a un menor costo que otras fuentes de financiamiento. Asimismo, contribuyen a evitar el ajuste externo y políticas contractivas en países con problemas de liquidez, al tiempo que envían una señal de cooperación multilateral.
¿Qué representa esta distribución de DEG para la economía global?
Desde la creación del FMI se realizaron tres distribuciones generales: en 1970-72, 1979-81 y 2009; esta última para paliar los efectos de la crisis financiera global (también hubo una distribución especial en 2009 destinada a los países que ingresaron al FMI luego de 1981 y que no habían recibido DEG hasta ese entonces; ver el Gráfico 4). La propuesta actual representaría un 0,7% del PIB mundial, casi duplicando el 0,4% del PIB de la realizada en 2009, frente a una crisis cuyo impacto global ha sido superior. La mayor parte de la asignación iría a los países avanzados, mientras que los emergentes y en desarrollo recibirían un 42%. Esta distribución también representaría un aumento promedio de 10% de las reservas internacionales de los países emergentes y en desarrollo y, en algunos casos, las duplicarían. Argentina, por su parte, recibiría unos US$4.355 millones (0,67%), que representarían cerca de 1% del PIB, frente al 0,7% recibido en la distribución general previa (ver Cuadro 1), y un 11% de las reservas internacionales.
Gráfico 4. Distribución de DEG: generales y especiales (miles de millones de DEG)

Cuadro 1. Asignación general de DEG 2021 versus 2009

¿Para qué pueden usarse los DEG?
Los DEG pueden conservarse como reservas internacionales o utilizarse para cambiar su composición, convirtiéndolos a monedas de libre uso. También pueden usarse para integrar aumentos de cuotas del FMI, para realizar pagos relacionados con préstamos del FMI (capital e intereses) y para contribuir al Fondo de Reducción de la Pobreza y Crecimiento (PRGT, fondo desde el cual el FMI presta a países de bajos ingresos, a tasa de interés cero, períodos de gracia de entre 4 y 5½ años y plazos de entre 8 y 10 años ).
La mayor parte de la distribución de 2009 se mantuvo en forma de DEG en las reservas oficiales de los países. Sólo un 31,5% de la asignación se destinó a otros usos, principalmente a la cancelación del aumento de cuotas de 2008 y del acordado bajo la 14ª revisión general de cuotas, y para el pago de préstamos y cargos del FMI (Gráfico 5). Sólo una pequeña parte (menos del 5%) se destinó a la venta.
Gráfico 5. Usos de la distribución general de DEG de 2009 (distribución %)

Si bien los países pueden realizar operaciones entre sí (préstamos, donaciones, swaps, forwards, etc.), la mayor parte de las operaciones se concentra en la compraventa de DEG contra monedas de libre uso, a través de un mercado voluntario en el que el FMI actúa de intermediario para garantizar liquidez. Este mercado funciona mediante acuerdos de intercambio voluntarios (VTA, por sus siglas en inglés), a través de 31 países y del Banco Central Europeo que actúan como “creadores de mercado” (para más detalles, ver la sección 4.5 de este informe del FMI)
Ante el pedido de un país para comprar o vender DEG, el FMI asigna las solicitudes a los VTA para distribuir la carga a lo largo del tiempo. En general, los creadores de mercado con tenencias de DEG relativamente bajas en comparación con las distribuciones recibidas se utilizan mayormente para comprar DEG (y viceversa). A lo largo del tiempo, la gama de estos acuerdos comerciales voluntarios se ha ampliado para garantizar una mayor capacidad de operación. En caso de que no haya suficiente capacidad para VTA, el FMI puede asignar a países miembros con una posición externa sólida la compra de DEG, hasta determinadas cantidades, a países miembros con una posición externa débil, a cambio de monedas de libre uso.
Este año se espera un incremento de las operaciones de venta de DEG por monedas de libre uso luego de efectuada la distribución, como ocurriera en 2009. En el año posterior a dicha distribución, 21 países (principalmente emergentes y de bajos ingresos) vendieron US$4.500 millones, con el 90% de éstos liquidando hasta un 75% de su asignación.
En la situación actual, el FMI alienta a los países con posiciones externas sólidas a que reasignen parte de sus tenencias de forma voluntaria hacia países más vulnerables. El PRGT es una opción natural, pero está destinado a países de bajos ingresos. Un ejemplo de esto se observó durante el año pasado, cuando la ronda de financiamiento para el PRGT lanzada en abril logró asegurar alrededor de US$24 mil millones, de los cuales US$16 mil millones correspondieron a una reasignación voluntaria de DEG. Paralelamente, el organismo internacional se comprometió a explorar nuevas opciones para la reasignación voluntaria de DEG. Frente a ello, el reclamo de los países emergentes, como la Argentina y México, es que el mecanismo de reasignación alcance también a los países de ingresos medios, considerando el peso que tienen en la población, producto y condiciones sociales del mundo.
En síntesis
La asignación general de DEG es una forma efectiva de proveer liquidez global y sin condiciones a todos los países: según la propuesta actual representaría 0,7% del PIB mundial. Como casi el 60% de ella correspondería a países avanzados, es conveniente que se recircule desde los países con exceso de liquidez hacia los que tienen faltantes: una opción es a través del PRGT, que presta a tasa cero a los países de bajos ingresos. Pero cabe explorar alternativas para recircular los DEG hacia los países de ingresos medios, en vista de sus propias necesidades de recursos y su peso en la economía mundial.
Horacio Aguirre y Federico Grillo
Gerencia de Foros Multilaterales – Investigaciones Económicas – BCRA